jueves, 30 de julio de 2009

Obama prueba la 'diplomacia de la cerveza'

De izquierda a derecha: Biden, Gates, el sargento Crowley y Obama
toman una cerveza en la Casa Blanca. | AFP

Más de una decena de presidentes y primeros ministros han pasado ya por Washington para entrevistarse con Barack Obama desde su investidura, pero pocas cumbres diplomáticas han despertado tanto interés en EEUU como la inédita reunión que el presidente ha celebrado en los jardines de la Casa Blanca, al lado de una cerveza, con el profesor Louis Gates, y el agente de policía James Crowley, a la que también se ha sumado a última hora el vicepresidente Joe Biden.

Los dos hombres, el profesor afroamericano de Harvard, y el agente de policía blanco, protagonizaron una discusión el pasado 16 de julio en la que Gates acabó arrestado, suscitando una apasionada polémica con la raza como centro del debate. El presidente Obama, al calificar de "estúpida" la actuación de Crowley multiplicó el furor causado por la controversia. Para rebajar la tensión, los tres hombres acordaron sentarse a discurtir el asunto tomando una cerveza juntos. De ahí que la prensa estadounidense haya bromeado estos días llamándole a la reunión 'la cumbre de la cerveza'.

Antes del encuentro, Obama quiso rebajar la enorme expectación asegurando que no "se trataba de una cumbre", sino sólo de una oportunidad para que los dos hombres "hablasen el uno con el otro", y se reduzca la temperatura de una situación que se ha convertido "tan simbólica" e "hiperbólica".

Ese fue precisamente el principal mensaje que Crowley quiso transmitir en una rueda de prensa que ofreció en la Casa Blanca. Ni Obama ni Gates han dado su versión sobre el encuentro.

"La discusión fue cordial y positiva... No hemos hablado demasiado sobre el pasado, sino que nos hemos centrado en el futuro. Hemos de mirar hacia adelante, no hacia atrás, y ayudar a que el país evolucione hacia discusiones productivas", dijo el agente, que informó de que ninguno de los asistentes utilizó la reunión para disculparse.

Crowley explicó que ha acordado reunirse en el futuro en privado con Gates, pero esta vez no será al lado de una cerveza. "Quizás un té frío", bromeó. El policía reconoció que Gates y él tienen 'posiciones diferentes' sobre algunos temas, pero que no hubo "tensión", y la discusión fue "productiva".

Entre las pocas informaciones filtradas sobre el evento por el equipo de Obama, la marca de las cervezas escogidas por cada uno de los presentes: Gates prefiere una Red Stripes; Crowley, una Sam Adams; Obama, una Bud Light; y Biden una Butler sin alcohol.

Tras el tono cordial del encuentro, la Casa Blanca espera pasar página, y que el asunto desaparezca del debate público, pues no ayuda en nada a Obama. En una encuesta recién publicada, un 41% de los ciudadanos considera que no ha manejado correctamente esta polémica, y un 29% que sí lo ha hecho. Al menos, la polémica ha permitido al presidente practicar sus dotes de mediador, que falta le hará para abordar negociaciones mucho más espinosas, como las del conflicto israelo-palestino.

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